viernes, 26 de agosto de 2011

ANUNCIO DE LA RESURRECCIÓN. Mc 16,1-8.

161 Transcurrido el día de precepto, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarlo. 2El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro ya salido el sol. 3Se decían unas a otras:
-¿Quién nos correrá la losa de la entrada del sepulcro?
4 Al levantar la vista observaron que la losa estaba corrida (y era muy grande).
5Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, envuelto en una vestidura blanca, y se quedaron completamente desconcertadas. 6Él les dijo:
-No os desconcertéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado, no está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron. 7Y ahora, marchaos, decid a sus discípulos y, en particular, a Pedro: "Va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os había dicho".
8 Salieron huyendo del sepulcro, del temblor y el espanto que les entró, y no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían.

EXPLICACIÓN.


1-8.  Epílogo: El nuevo día, Anuncio de la resurrección. Las mujeres (cf. 15,40) no la esperan; quieren sólo mostrar su cariño a Jesús embalsamando su cadáver (cf. 14,8). El primer día de la semana (lit. «el uno de la semana»), alusión a Gn 1,5: con la resurrección de Jesús comienza la creación definitiva (2). Como en 14,51s, el joven representa a Jesús mismo, ahora glorificado (color blanco, d. 9,3); sentado a la derecha (cf. 14,62): condición divina (5). Palabras del joven: ellas buscan al que habían tenido por Mesías davídico (Nazareno, cf. 1,24; 10,47), fracasado (crucificado); no hay fracaso, la vida ha vencido a la muerte (8,31; 9,31; 10,34). Encargo para los discípulos (seguidores procedentes del judaísmo), en particular para Pedro, que ha renegado de Jesús (14,30.72ss): abandonar Jerusalén y la expectación mesiánica judía, para comenzar la misión universal a partir de Galilea (14,28) (7). Las mujeres no transmiten el encargo. En la época en que Mc escribe, el grupo israelita de la comunidad aún no ha comprendido la universalidad de la misión (cf. 13,3s) (8). El mensaje se transmite, sin embargo, a través del otro grupo de seguidores (no israelitas), al que pertenece el evangelista.

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