(Mt 14,13-14; Lc
9,11)
33Los vieron
marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron
corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar ·0
una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor, y se
puso a enseñarles muchas cosas.
Incomprensión de
los discípulos. (Mt 14,15-17; Lc 9,12-13; Jn 6,5-9)
35 Avanzada ya la
tarde se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
-El lugar es un
despoblado y es ya tarde; 36despídelos que vayan a los cortijos y aldeas de
alrededor y se compren de comer.
37El les contestó:
-Dadles vosotros de
comer.
Le dijeron:
-¿Vamos a comprar
panes por doscientos denarios de plata para darles de comer?
El pan del éxodo
para Israel (Mt 14,18-23a; Lc 9,14-17; Jn 6,1-15)
38Él les dijo:
-¿Cuántos panes
tenéis? Id a ver.
Cuando lo
averiguaron, le dijeron:
-Cinco, y dos peces.
39Les ordenó que los
hicieran recostarse a todos en la hierba verde formando corros, 40pero se
echaron formando cuadros de ciento y de cincuenta.
41Tomando él los
cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición,
partió los panes y los fue dando a los discípulos para que los sirvieran;
también los dos peces los dividió para todos. 42Comieron todos hasta saciarse,
43y recogieron de trozos doce cestos llenos, también de los peces. 44 Los que
comieron los panes eran cinco mil hombres adultos.
45Enseguida obligó a
sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante de él al otro
lado, en dirección a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. 46Cuando se
despidió de ellos se marchó al monte a orar.
Travesía. Jesús
anda sobre el agua (Mt 14,23b-33; Jn 6,15-21)
47 Caída ya la tarde
estaba la barca en medio del mar y él solo en tierra. 48Viendo el suplicio que
era para ellos avanzar, porque tenían el viento en contra, en el último cuarto
de la noche fue hacia ellos andando sobre el mar, con intención de pasarlos.
49Ellos, al verlo
andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y empezaron a dar gritos;
porque todos lo vieron y se asustaron. Él les habló enseguida y les dijo:
-Animo, soy yo, no
temáis.
51Se montó en la barca
con ellos y el viento cesó. Su estupor era enorme, 52 pues no habían entendido
cuando lo de los panes; es más, su mente había quedado obcecada.
53 Atravesaron hasta
tocar tierra, llegaron a Genesaret y atracaron.
Curaciones (Mt
14,34-36)
54Al bajar ellos de
la barca, algunos lo reconocieron y, en seguida, 55recorriendo toda aquella
comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal,
hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte
que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas
y le rogaban que los dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos
lo tocaron obtuvieron la salud.
EXPLICACIÓN.
6,33-8,26. Tercera sección. Señales del éxodo mesiánico. Un
episodio central (7,1-23) divide la sección en dos partes paralelas. La primera
(6,33-56) gira en torno al reparto de pan a una multitud judía; la segunda
(7,24-8,26), en torno al reparto a una multitud pagana.
a) (6,33-34): Situación de Israel. La gente no va detrás de
Jesús, sino del grupo entero; quiere decir que han conocido también la
actividad de los discípulos en la misión reciente (33). Conmovido, cf. 1,41;
Jesús renuncia a la instrucción particular a sus discípulos para ocuparse de la
multitud. Como ovejas sin pastor, cf. Ez 34,8.31, abandonados por los
dirigentes, sin un sentido para su vida. La situación de este pueblo equivale a
la de muerte de la hija de Jairo. La enseñanza, ahora sin parábolas, propone la
posibilidad de una alternativa (34).
b) (6,35-37): Los discípulos interrumpen la enseñanza. No
sienten solidaridad alguna con la multitud (despídelos), Piensan en las
categorías de la sociedad: cada uno debe proveer para sí mismo, por medio del
dinero (se compren) (35-36).Jesús opone «dar» (dadles vosotros de comer) a
«comprar». Ellos insisten en «comprar» y quieren mostrar a Jesús la
imposibilidad de su propuesta (doscientos denarios de plata).
c) (6,38-46). Centro: Reparto del pan. Como en el primer
éxodo Dios alimentó a Israel en el desierto (Éx 16), en el éxodo definitivo
Jesús va a alimentar a la multitud judía en el lugar desierto (despoblado).
Cinco más dos, siete: totalidad del alimento disponible (38); «cinco» está en
relación con los «cinco mil hombres adultos» (44). Comer recostados (39) era
propio de hombres libres (cf. 2,15); la hierba verde, promesa de abundancia
(cf. Sal 72,16). La gente no forma corros, como ha dicho Jesús, sino cuadros
que recuerdan la organización establecida por Moisés para administrar justicia
(Éx 18,21-25); esperan ser gobernados por los discípulos (cf. 6,33, donde van
detrás del grupo, no de Jesús), sin comprender la libertad a que Jesús los
llama (40). Pronunci6 una bendición, alabanza y acción de gracias: lo que antes
pertenecía a los discípulos se reconoce ahora como don de Dios (alzó la mirada
al cielo). Los bienes creados, desvinculados de la propiedad que los acapara
(contra «comprar», vv. 36.37), bastarían sobradamente para alimentar a Israel
(doce cestos) (41-43). Cinco mil hombres adultos, cf. 1 Re 18,4.13; 2 Re
2,7.16: grupos proféticos de «cincuenta hombres adultos»; «cincuenta», número
del Espíritu (cf. Nm 11,29) (44). Teniendo en cuenta la actitud de la gente,
Jesús aleja a los discípulos de ella y los fuerza a embarcar en dirección a país
pagano (45, Betsaida; cf. 8,22a).
Segunda vez que Jesús ora; como en 1,35, los discípulos corren peligro de ceder
al deseo de hacer de Jesús un líder de masas (46).
d) (6,47-53): El viento contrario es también ahora (cf.
4,37) símbolo del mal espíritu que mueve a los discípulos: se resisten a
desaprovechar la ocasión de triunfo popular y a dirigirse a tierra pagana
(Betsaida, cf. 8,22a), según la indicación de Jesús (45). Último cuarto: los
judíos dividían la noche en tres partes, los paganos, en cuatro (cf.13, 35);
como la mención de Betsaida, alude a la misión; andar sobre el mar, propio de
Dios (cf. Job 9,8; 38,16); pasar/os, manifestación divina (cf. Éx 33,22s; 34,6)
(48). Los discípulos no pueden admitir la realidad del Hombre-Dios (cf. 4,41) Y
lo consideran un fantasma (49-50). El episodio de los panes no les ha enseñado
la calidad del mesianismo de Jesús, antes al contrario, la esperanza de triunfo
los ha fijado aún más en las categorías del falso mesianismo. La obcecación
(52; cf. 3,5, de los fariseos) corresponde al viento contrario (48). De hecho, no
llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).
e) (6,54-56). Las curaciones continúan la de la mujer con
flujos (5,27s.34: tocar, curarse/salvarse); es decir, muchos marginados
encuentran vida en la alternativa de
Jesús.
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