(Mt 2,23-33; Lc
20,27-40)
18 Se le acercaron
unos saduceos, esos que dicen que no hay resurrección, y le propusieron este
caso:
19-Maestro, Moisés
nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no
hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano". Había siete
hermanos: el primero se casó y murió sin dejar hijos; 21el segundo se casó con
la viuda y murió también sin tener hijos; lo mismo el tercero, 22y ninguno de
los siete dejó hijos. Por último, murió también la mujer. 23En la resurrección,
¿de cuál de ellos va a ser mujer, si ha sido mujer de los siete?
24 Les contestó
Jesús:
-Precisamente por eso
estáis equivocados, por no conocer la Escritura ni la fuerza de Dios. 25Porque,
cuando resucitan de la muerte, ni los hombres ni las mujeres se casan, son como
ángeles del cielo. 26Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en
el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios?: Yo soy el
Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob". 27 No es Dios de
muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.
EXPLICACIÓN.
18-27. Centro de la sección: El materialismo, pecado saduceo
(cf. 10,1-12, el pecado fariseo), es decir, de la aristocracia civil
(senadores) y religiosa (sumos sacerdotes) (8,31; 11,27). Rechazaban la
tradición oral propugnada por los fariseos (7,5.8.l3), y no veían en la
Escritura la noción de una vida después de la muerte; su horizonte era esta
vida, y en ella procuraban mantener su posición de poder y de privilegio (18).
Los fariseos concebían la futura resurrección como una continuación de la vida
mortal; los saduceos, con su ejemplo, quieren ridiculizar la doctrina farisea
(19-23). Respuesta de Jesús: Los dirigentes del templo y de la nación ignoran
la Escritura y no conocen a Dios, el dador de vida (fuerza, cf. 5,30) (24).
Contra la doctrina farisea, distingue Jesús la condición del hombre en esta
vida y después de la muerte: entonces la vida no se transmite por generación
humana, se recibe directamente de Dios (los ángeles = «los hijos de Dios»).
Habla además de la resurrección en presente, no en futuro como los fariseos
(25). Prueba la vida después de la muerte por medio de la Escritura: los
patriarcas, ya resucitados; el Dios fiel no deja que perezcan los que él ha
amado (26s).
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