domingo, 14 de agosto de 2011

LOS DIRIGENTES DISCUTEN LA AUTORIDAD DE JESÚS. Mc 11,27-12,17

(Mt 21,23-27; Lc 20,1-8)

27Llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores 28y le preguntaron:
-¿Con qué autoridad actúas así?, o sea, ¿quién te ha dado la autoridad para actuar así?
29Jesús les contestó:
-Os vaya hacer una pregunta; contestádmela y os diré con qué autoridad actúo así. 30El bautismo aquel de Juan, ¿era cosa de Dios o cosa humana? Contestadme.
31 Ellos razonaban, diciéndose unos a otros:
-Si decimos «de Dios», dirá: «Y, entonces, ¿por qué no le creísteis ?»; 32pero si decimos «cosa humana»… (Tenían miedo del pueblo, porque todo el mundo pensaba que Juan había sido realmente un profeta.) 33Y respondieron a Jesús:
-No lo sabemos.
Jesús les replicó:
-Pues tampoco yo os digo con qué autoridad actúo así.

Parábola de la viña y los labradores (Mt 21,33-46; Lc 20,9-19)

12  1Entonces se puso a hablarles en parábolas:
-Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de su país.
2A su tiempo envió a los labradores un siervo, para percibir de ellos su tanto de la cosecha de la viña. 3Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron de vacío. 4Entonces les envió otro siervo; a éste lo descalabraron y lo trataron con desprecio. 5Envió a otro y a éste lo mataron; y a otros muchos, a unos los apalearon, a otros los mataron. 6Uno le quedaba todavía, un hijo amado, y se lo envió el último, diciéndose: «A mi hijo lo respetarán».
7Pero los labradores aquellos se dijeron: «Este es el heredero; venga, lo matamos y será nuestra la herencia». 8Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Irá a acabar con esos labradores y dará la viña a otros.
10¿No habéis leído siquiera este pasaje?:
La piedra que desecharon los constructores
se ha convertido en piedra angular,
11 Es el Señor quien lo ha hecho:
¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23)
12 Estaban deseando echarle mano, porque se dieron cuenta de que la parábola iba por ellos; pero tuvieron miedo de la multitud y, dejándolo, se marcharon.       

Emboscada de los dirigentes: El tributo al César (Mt 22,15-22; Lc 20,20-26)

13Entonces le enviaron unos fariseos y herodianos para cazarlo con una pregunta. 14Llegaron y le dijeron:
-Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie, porque tú no miras lo que la gente sea. No, tú enseñas el camino de Dios de verdad. ¿Está permitido pagar el tributo al César? ¿Pagamos o no pagamos?
15Jesús, consciente de su hipocresía, les repuso:
-¡Cómo!, ¿queréis tentarme? Traedme una moneda que yo la vea.
16 Se la llevaron, y él les preguntó:
-¿De quién son esta efigie y esta leyenda?
Le contestaron:
-Del César.
17Jesús les dijo:
-Lo que es del César, devolvédselo al César, y lo que es de Dios, a Dios.

EXPLICACIÓN.

11 ,27 -12,17. Segundo tríptico: Jesús y las autoridades.

a) (11,27-33): Los dirigentes (las tres categorías que componían el Consejo, cf. 8,31) piden a Jesús credenciales que justifiquen su actuación; quieren llevarlo al terreno jurídico (27-28). Jesús les pide una opinión sobre la actividad de Juan Bautista, que tampoco tenía credenciales jurídicas (29-31). Miedo de los dirigentes, inseguridad del poder. Se inhiben. Jesús no responde a la mala fe (32-33).

b) (12,1-12): Sin interrupción, la parábola, tomando pie de Is 5,1-7. Continúa la infidelidad histórica de los dirigentes de Israel. La viña, símbolo del pueblo elegido (Sal 80,9ss); 70S labradores, los dirigentes (1); el envío de los siervos, el de los profetas; el fruto, la justicia y el derecho (Is 5,7) (cf. 12,31: el amor al prójimo como a sí mismo). Con la opresión que ejercen, los dirigentes crean una sociedad injusta y explotan al pueblo en propio provecho (cf. 11,17) (2-5). El enviado final y decisivo es el Hijo amado (cf. 1,11; 9,7), el Mesías; se proponen suprimirlo para excluir toda posibilidad de liberación del pueblo y perpetuar su explotación (6-8). El asesinato del Hijo provocará la destrucción de Israel como nación y de sus instituciones; la elección y el reinado de Dios pasarán a los pueblos paganos (9). Confirma lo anterior con la cita del Sal 118,22s: metáfora de la construcción: al desechar ellos al Mesías, Dios se formará un nuevo pueblo (10-11). Miedo de los dirigentes a la multitud (12).


c) (12,13-17): Estratagema de los dirigentes para desacreditar a Jesús. Envían fariseos (observantes de la Ley) y partidarios de Herodes (3,6; 8,15; cf. 6,2n (13). Adulación, para que se le vaya la lengua, y pregunta comprometedora, presentada como escrúpulo de conciencia: pagar el tributo, señal de sumisión; la respuesta afirmativa (acatamiento al César, posición de los herodianos) produciría el descrédito ante el pueblo, contrario al régimen romano; la negativa (declaración de rebeldía, ideología farisea y zelota) provocaría la detención de Jesús por parte de la autoridad romana (14). 

Tentación de poder (1,13): si Jesús quiere conservar su prestigio ante el pueblo (11,18; 12,12) tiene que dar respuesta negativa, dispuesto a acaudillar un movimiento nacionalista (cf. 1,24.34; 11,9s) (15). La moneda, propiedad del César (efigie y leyenda); el dominio político, basado sobre la dependencia económica; aceptar el dinero significa reconocer la soberanía (16). Respuesta de Jesús: cambia «pagar» (14) por devolver; objetivo de los dirigentes, su propio lucro: pretenden rebelarse contra el dominio del César despojándolo de su dinero, como se han rebelado contra Dios despojándolo de su pueblo (12,2ss). Pero ese dinero no pertenece a Israel ni debe permanecer en Israel; rechazándolo, dejarán de reconocer al César como señor y no tendrán que pagarle el tributo; la verdadera esclavitud de los dirigentes no es al César, sino al dinero. Deben romper con el César renunciando a la dependencia económica y al beneficio que de ella obtienen; y ser fieles a Dios, renunciando a explotar al pueblo en beneficio propio (11 ,17). Sorpresa ante la respuesta (16-17).

No hay comentarios:

Publicar un comentario