(Mt 4,12-17; Lc
4,14-15)
16 Yendo de paso
junto al mar de Galilea vio a Cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que
echaban redes de mano en el mar, pues eran pescadores. 17Jesús les dijo:
-Veníos conmigo y os
haré pescadores de hombres.
18Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron.
19Un poco más
adelante vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano, que estaban en la
barca poniendo a punto las redes, 20e inmediatamente los llamó. Dejaron a su
padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se marcharon con él.
21ª Y fueron a
Cafarnaún.
En la sinagoga de
Cafarnaún: Enseñanza. Oposición del fanático nacionalista (Lc 4,31-37)
21b El sábado entró en la sinagoga e inmediatamente se puso a
enseñar. 22Estaban Impresionados de su enseñanza pues les enseñaba como quien
tiene autoridad, no como los letrados.
23Estaba en aquella sinagoga un hombre poseído por un
espíritu inmundo e inmediatamente empezó a gritar:
24--¿Que tienes tú
contra nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruimos? Sé quién eres tú, el
Consagrado por Dios.
25 -Jesús le conminó:
-¡Cállate la boca y
sal de él!
26 El espíritu
inmundo, retorciéndolo y dando un alarido, salió de él. 27Se quedaron todos
ellos tan desconcertados que se preguntaban unos a otros:
-¿Qué significa esto?
¡Un nuevo modo de enseñar, con autoridad: incluso da órdenes a los espíritus
inmundos y le obedecen!
28Su fama se extendió
inmediatamente por todas partes, llegando a todo el territorio circundante de
Galilea.
En casa de Simón y
Andrés. La suegra de Simón. (Mt 8,14-17; Lc 4,38-44)
29 Al salir de la
sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan.
30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella;
31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se
puso a servirles.
Entusiasmo popular
en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde,
cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y
a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a
muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no
les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a
Jesús.
35Por la mañana, se
levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar.
36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te
busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte,
a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he
salido.
EXPLICACIÓN.
1,16-8,26: Primer período: La universalidad del reinado de
Dios y las señales del éxodo mesiánico. Abarca tres secciones (1,16-3,12;
3,20-6,6; 6,33-8,26), enlazadas por unidades menores (3,13-19; 6,7-32).
1,16-3,12: Primera sección: Características del reinado de
Dios (= el secreto del Reino: 4,11).
a) (1,16-21a): El mar (no se llama «lago», para aludir al
éxodo) de Galilea, frontera con el mundo pagano (16). Ante la perspectiva del
reinado de Dios Jesús invita a colaborar con él en primer lugar a los círculos
inquietos de Israel «pescar», «redes», connotaciones de conquista, (Am 4,2; Jr
16,16), representados por dos parejas de hermanos (cf. Ez 47,13s, igualdad de
los israelitas en el reparto de la tierra). Veníos conmigo, como Elías a Eliseo
(1 Re 19,20s), aludiendo a la participación del Espíritu de Jesús (1,11).
Pescadores de hombres, misión universal, (cf. Ez 43,8s). Dos grupos sociales
dentro del ambiente judío: el primero, representado por Simón y Andrés
(hermanos = igualdad), sin patronímico y con nombres griegos, activo (echaban
redes); el segundo, por Santiago y Juan, nombres hebreos, sometidos al padre y
en situación privilegiada respecto a los asalariados (sociedad jerárquica);
deseosos de actividad (poniendo a punto las redes). Abandonan todo para seguir
a Jesús. Se constituye el grupo (21a).
b) (1,21b-28): Contacto con los israelitas integrados en la
institución religiosa, que aceptan la doctrina oficial, nacionalista y
particularista, transmitida por los letrados (obstáculo para la universalidad
del reinado de Dios). En la enseñanza de
Jesús se percibe la fuerza del Espíritu (con autoridad, cf. 1,14); ésta pone en
entredicho ante el pueblo la autoridad institucional de los letrados (22).
Jesús libera de la dependencia de la enseñanza oficial. Caso extremo, el
poseído; espíritu inmundo (en oposición a «Espíritu Santo»), fuerza que aliena
y despersonaliza; en Mc, ideología contraria al plan de Dios; poseído= hombre
enteramente alienado por la adhesión fanática a esa ideología; sale en defensa
de los letrados/institución (24). Nazareno: debería profesar las ideas
nacionalistas (cf. 1,9); tienta a Jesús (primera vez que se realiza la
tentación de Satanás, cf. 1,13) para que acepte el papel de Mesías nacionalista
(24: el Consagrado por Dios). Jesús lo corta en seco y lo libera de su
fanatismo (25-26). Desconcierto general: no acepta el papel de Mesías, pero no
ha propuesto otro programa. Conexión entre la enseñanza nueva y la expulsión
(27). La fama de Jesús prepara su actividad posterior (28).
c) (1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro
obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de
Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de
Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos
reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El
servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación
se efectúa en sábado.
d) (1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha
preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías
religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se
encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología),
públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba
congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que
Jesús se hiciera líder de una institución paralela la oficial, conservando los
valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al
mesianismo nacionalista (34).
e) (1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es
decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no
comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la
gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús
acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la
misión.
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