11 Orígenes de la buena
noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Juan, el mensajero
prometido (Mt 3,1-3; Lc 3,1-6; Jn 1,19-23)
2Como estaba escrito
en el profeta Isaías, «Mira, envío mi mensajero delante De ti; él preparará tu
camino» (Ex 23,20; cf. Mal 3,1);
3«una voz grita desde
el desierto:
-Preparad el camino
del Señor, enderezad sus senderos» (Is 40,3).
4Se presentó Juan
Bautista en el desierto proclamando un bautismo en señal de enmienda, para el
perdón de los pecados.
5Fue saliendo hacia
él todo el país judío, incluidos todos los vecinos de Jerusalén, y él los
bautizaba en el río Jordán, a medida que confesaban sus pecados.
Juan, precursor (Mt
3,4.11-12; Le 3,15-17; Jn 1,24-27.29-34)
6Juan iba vestido de
pelo de camello, con una correa de cuero a la cintura, y comía saltamontes y
miel silvestre. 7Y proclamaba:
-Llega detrás de mí
el que es más fuerte que yo, y yo no soy quién para agacharme y desatarle la
correa de las sandalias. 8Yo os he bautizado en agua, él os bautizará con
Espíritu Santo.
Jesús: Bautismo e
investidura (Mt 3,13-4,11; Lc 3,21-4,13)
9Sucedió que en
aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea, y Juan lo bautizó en el
Jordán.
10Inmediatamente,
mientras salía del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar como paloma
hasta él. 11Hubo una voz del cielo: -Tú
eres mi Hijo, el amado, en ti he puesto mi favor.
12Inmediatamente el
Espíritu lo empujó al desierto. 13Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado
por Satanás; estaba entre las fieras y
los ángeles le prestaban servicio.
EXPLICACIÓN.
1. Título de la obra: Van a narrarse los hechos que dieron
origen a la buena noticia, cuyos efectos experimentan los destinatarios. Este
origen está en la persona, mensaje y actividad de Jesús, Mesías (título judío, cf.
8,29; 14,61), Hijo de Dios (título universal, cf. 3,11; 5,7; 14,61; 15,39).
El Evangelio de Marcos se divide en introducción (1,2-13),
dos grandes períodos de actividad y el desenlace. Después de la perícopa que
enlaza la introducción y el primer período (1,14-15), éste (1,16- 8,26) expone
la universalidad de! reinado de Dios y las señales del éxodo mesiánico;
desemboca en la perícopa donde se reconoce a Jesús por Mesías (8,27-30), que
hace de puente con e! segundo período (8,31- 13,37); en éste, durante e! camino
que lleva a Jerusalén, se exponen el destino del Hombre y las condiciones del
seguimiento y, ya en Jerusalén, se narra la denuncia del templo/institución. El
desenlace (14,1- 15,47) relata la pasión y muerte de Jesús y termina, como
epílogo, con e! anuncio de la resurrección (16,1-8). El apéndice (16,9-20) no
pertenece a la obra de Marcos.
2-13. Tríptico introductorio: La preparación: a) Juan,
cumplimiento de profecías (1,2-5); b) Juan, precursor (1,6-8); c) investidura
mesiánica de Jesús y horizonte de su vida pública (1,9-13).
a) (1,2-5): En la misión de Juan se resume la función de
todo el AT, preparar el camino del Señor, exhortando a un cambio de vida. Al
citar conjuntamente las dos profecías, Mc identifica el camino de Jesús (2) con
el de Dios (3). La actividad de Jesús será la de Dios mismo, y su obra
consistirá en realizar un éxodo (v. 2, cf Éx 23,20). El cambio de vida a que
exhorta Juan cancela las anteriores injusticias del hombre (bautismo/inmersión,
símbolo de muerte al pasado) (4). Así prepara el camino del Señor. Juan sigue
la línea de la predicación profética, cf. Is 1,17s. Respuesta masiva al pregón
de Juan, prueba y manifestación del descontento general con la situación (5).
Juan hace tomar conciencia a todos de ser responsables de ella, debido a las
injusticias personales (confesaban sus pecados). Todos han de rectificar su
conducta si aspiran a un cambio en la sociedad. El río Jordán, frontera de la
tierra prometida (Nm 13,29; Jos 4,5; 5,1). Oposición entre el desierto y
Jerusalén: el pueblo no va a buscar el perdón en el templo. Fue saliendo (5),
como en el éxodo de Egipto (Éx 13,4.8; Dt 11.10, etc.); el país judío, tierra
de opresión.
b) (1,6-8): Juan, descrito con los rasgos de Elías (2 Re
1,8), supuesto precursor del Mesías (Mal 3,23), anuncia la sustitución de la
alianza (cf. 14,24), pues e! papel de Esposo (cf. 2,19s), propio de Dios en el
AT (Os 2,4ss; ls 54,62; Jr 2; Ez 10), corresponde ahora a Jesús (no soy quién
para ... desatarle la correa de la sandalia, cf. Rut 3,5-11). Misión del
Mesías, infundir el Espíritu (cf. Is
44,3-5; Ez 36,26-28), que consagra al hombre en la fidelidad a Dios
(Santo/santificador): aspecto individual del reinado de Dios.
c) (1,9-13): En aquellos días Jr 31,31.33, de la nueva
alianza; Jl 3,2, de la efusión del Espíritu), la época del cumplimiento de las
promesas. Presentación de Jesús, el protagonista del Evangelio. Procede de Galilea, no, como se esperaba, de
Judea; en concreto, de Nazaret, en la zona montañosa de Galilea, donde se
mantenía vivo el espíritu nacionalista violento (9). Con su bautismo muestra su
solidaridad con el movimiento de protesta comenzado por Juan y con su
exhortación al cambio de vida. Su bautismo, sin embargo, no significa una
muerte al pasado (no hay confesión de pecados), sino un compromiso de entrega
por el bien de los hombres que incluye la disposición a dar la vida por ellos
(cf. 10,38s) (10).
Respuesta celeste al compromiso de Jesús: plena y permanente
comunicación de Dios a Jesús (rasgarse el cielo); Dios le comunica la plenitud
de su vida/fuerza (el Espíritu, unción mesiánica, cf. Is 11,9s; 42,1-4; 61, ls).
Paloma remite a la primera creación (Gn 1,2: «el Espíritu del Señor se cernía
sobre las aguas»): el Espíritu termina la creación llevando a Jesús a la
plenitud humana (el Hijo del hombre = e! Hombre) (10). La voz del cielo declara
a Jesús, e! Hombre, Hijo de Dios (rey Mesías, cf. Sal 2,7), amado (nuevo Isaac,
cuya entrega acepta el Padre, cf. Gn 22,2), objeto del favor divino (Servidor
de Dios: Is. 42,1, con misión universal: Is. 49,1-13, y que da su vida para
realizada: Is. 50,4-9; 51,1-8; 52,13-53,12). Investidura mesiánica, pero de un
Mesías muy diferente del “hijo/sucesor de David" (10,47s; 11,9s; 12,35-37)
esperado. Está presente el que es más fuerte que Juan (1,7) (11).
El Espíritu, fuerza de vida y amor, lo empuja al desierto,
que representa la sociedad judía (12). Toda la vida pública de Jesús (40 días,
cf. los 40 años del éxodo de Israel) va a ser camino (1,2) hacia la tierra
prometida (muerte-resurrección). Repetidamente se le presentará la tentación
del poder (Satanás; cf. 1,24.34.37; 3,11s; 8,11.32s; 10,2; 11,9s; 12,15),
vivirá entre enemigos mortales (las fieras, cf. Dn 7) y tendrá colaboradores en
su labor (los ángeles; cf. 1,2.4, donde Juan Bautista se identifica con el
mensajero/ángel anunciado) (13).
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