Tercer anuncio de
la muerte-resurrección (Mt 19,13-15; Lc 18,15-17)
32Iban por el camino,
subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante; ellos estaban desconcertados, y los
que lo seguían iban con miedo. Otra vez se llevó con él a los Doce y se puso a
decirles lo que estaba para sucederle:
33-Mirad, estamos
subiendo a Jerusalén, y el Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a
los letrados: lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos; 34se
burlarán de él, lo azotarán y lo matarán, pero a los tres días resucitará.
Ambición de
Santiago y Juan (Mt 20,20-24)
35Se le acercaron los
dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
-Maestro, queremos
que lo que te pidamos lo hagas por nosotros.
36Elles preguntó:
-¿Qué queréis que
haga por vosotros?
37Le contestaron
ellos:
-Concédenos sentamos
uno a tu derecha y el otro a tu izquierda el día de tu gloria.
38Jesús les replicó:
-No sabéis lo que
pedís; ¿sois capaces de pasar el trago que yo voy a pasar, o de dejaros
sumergir por las aguas que me van a sumergir a mí?
39Le contestaron:
-Sí, lo somos.
Jesús les dijo:
-El trago que voy a
pasar yo, lo pasaréis, y las aguas que me van a sumergir a mí os sumergirán a
vosotros:
40pero el sentarse a
mi derecha o a mi izquierda no está en mi mano concederlo más que a aquellos a
quienes esté destinado.
41 Al oírlo, los
otros diez dieron rienda suelta a su indignación contra Santiago y Juan.
Instrucción de
Jesús: El servicio (Mt 20,25-28; Lc 22,24-27)
42Jesús los convocó y
les dijo:
-Sabéis que los que
figuran como jefes de las naciones las dominan, y que sus grandes les imponen
su autoridad.
43No ha de ser así
entre vosotros; al contrario, entre vosotros, el que quiera hacerse grande ha
de ser servidor vuestro, 44y el que quiera ser primero, ha de ser siervo de
todos; 45porque tampoco el Hombre ha venido para que le sirvan, sino para
servir y para dar su vida en rescate por todos.
46ªy llegaron a
Jericó.
Curación del ciego
Bartimeo (Mt 20,29-34; Lc 18,35-43)
46bCuando salía de
Jericó con sus discípulos y una considerable multitud de gente, el hijo de
Timeo, Bartimeo, ciego, estaba sentado
junto al camino pidiendo limosna.
47 Al oír que era
Jesús Nazareno, empezó a gritar:
-Hijo de David,
Jesús, ten compasión de mí,
48Muchos le intimaban
a que guardase silencio, pero él gritaba más y más:
-Hijo de David, ten
compasión de mí,
49Jesús se detuvo y
dijo:
-Llamadlo.
Llamaron al ciego
diciéndole:
-Animo, levántate,
que te llama.
50Él tiró a un lado
el manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús.
51Entonces Jesús le
preguntó:
-¿qué quieres que
haga por ti?
El ciego le contestó:
-Rabbuni, que recobre
la vista.
52Jesús le dijo:
-Vete, tu fe te ha
salvado.
Inmediatamente recobró la vista y lo seguía en
el camino.
Entrada en
Jerusalén (Mt 21,1-11; Lc 19,28-40; Jn 12,12-19)
11 1Cuando se acercaban a
Jerusalén, esto es, a Betfagé y Betania, en dirección al Monte de los Olivos,
envió a dos de sus discípulos 2diciéndoles:
-Id a la aldea que
tenéis enfrente; al entrar en ella encontraréis enseguida un borrico atado que
nadie ha montado todavía; desatadlo y traedlo. 3Y si alguien os pregunta por
qué lo hacéis, contestadle: «El Señor lo necesita y lo devolverá cuanto antes».
4Fueron ellos,
encontraron el borrico fuera, en la calle, atado a un portón, y lo desataron. 5
Algunos de los que estaban allí les dijeron:
-¿Qué hacéis
desatando el borrico?
6Ellos les
contestaron como les había dicho Jesús, y los dejaron.
7Llevaron el borrico
adonde estaba Jesús, lo cubrieron con sus mantos y él se sentó encima. Muchos
alfombraban el camino con sus mantos; otros, en cambio, con ramas que habían
cortado en las fincas. 9Los que iban delante y los que seguían gritaban:
-i Sálvanos! iBendito
el que viene en nombre del Señor!
10¡Bendito el reinado
que llega, el de nuestro padre David!
iSálvanos desde lo
alto!
11Entró en Jerusalén,
esto es, en el templo, lo miró todo en torno y, como era ya tarde, salió para
Betania con los Doce.
EXPLICACIÓN.
10,32-11,11. Sexta sección, centro del segundo período:
Subida y llegada a Jerusalén. Como en el tríptico central del primer período
(6,7-32), aparece el tema del poder (6,14: "el rey Heredes»: 6,21: «sus
magnates»; 10,42: «los jefes de las naciones», «sus grandes»): además, la
muerte de Juan Bautista (6,27-29) a manos del poder está en paralelo con la de
Jesús, que él anuncia ahora. Se cierra el tema del «camino» (10,52; 11,8) Y se
abre el de Jerusalén (10,32.33; 11,1.11.15.27).
a) (10,32-34): Subida a Jerusalén. Tercer anuncio de la
muerte-resurrección. Suben con Jesús los dos grupos, los Doce/los discípulos
(desconcertados) y "los seguidores» no israelitas (con miedo). Jesús
informa a los Doce (no les enseña, cf. 8,31; 9,31) de lo que va a ocurrirle a
él. Ante esto, ellos, el Israel mesiánico, deberían romper de una vez con las
ideologías de la institución judía que va a procurar la muerte de Jesús, con
los círculos de poder religioso y político (sumos sacerdotes) y los expertos de
la Ley (letrados). Primera mención de la entrega a los paganos y los ultrajes.
b) (10,35-45): Como después del segundo anuncio de la muerte
(9,31), se manifiesta la ambición de los discípulos (cf. 9,34). Santiago y
Juan, «los Truenos» (= los autoritarios, 3,17). Sin darse por enterados del
anuncio anterior, esperan que Jesús ocupará el trono de Israel y solicitan para
ellos los primeros puestos (35-37). Jesús les propone otro programa: aceptar
una muerte como la suya (38; cf. 8,34); pasar el trago (lit. "beber la
copa») y ser sumergido por las aguas (lit. «ser bautizado») son figuras de su
muerte (cf. 14,23s.36; 1,9), en el doble aspecto, activo y libre (entregarse) y
pasivo (ser entregado) (38). Aunque lo acepten, no serán los únicos, y Jesús no
juzga de la calidad de la entrega; es cosa del Padre (cf. 4,27; 13,32) (30-40).
La ambición, causa de división (cf. 9,50); los diez, como en el cisma de las
tribus (1 Re 12) (41).
c) Centro (10,42-46a): Al tomar como contraste para la
conducta en la comunidad a los poderes paganos, Jesús compara con ellos el
ideal mesiánico de los discípulos (42). La nueva sociedad (el reino de Dios)
excluye el poder o el dominio; servidor vuestro (cf. 9,35), actitud dentro de
la comunidad (43); siervo/esclavo (primera vez en Mc) de todos, actitud con los
de fuera, aludiendo a la situación de la humanidad pagana, donde la sociedad
legitimaba la esclavitud (cf. 5,2-20; 7,24-31); la denominación implica, pues,
solidaridad con esos oprimidos (44). El Hombre (Jesús y los que aspiran a la
plenitud humana) no reclama ser Servido (dominar, ser grande a la manera de
este mundo); dentro de la comunidad, su actitud es el servicio; respecto a los
oprimidos/esclavos la de entregar su vida para rescatarlos (45).
d) (10,46b-52): El ciego, de nuevo figura de los discípulos/
los Doce (8,18.22b-26; 4,12), que no comprenden el mesianismo de Jesús ni su
entrega (10,38.45). Hijo de Timeo, es decir, «discípulo del Apreciado» (el
Mesías davídico), en oposición a Jesús, el «despreciado» en su tierra (6,4).
Sentado junto al camino, el lugar donde cae el mensaje y no da fruto (4,15)
(46). Nazareno, la multitud espera una actuación violenta en Jerusalén (cf.
1,9.24). La invocación del ciego/discípulos manifiesta en primer lugar su falsa
concepción del Mesías, causa de su ceguera (Hijo de David; cf. 12,35-37), Y en
segundo lugar su adhesión a Jesús (Jesús). En paralelo con el padre del
chiquillo epiléptico (9,24), muestra fe y falta de fe y pide la ayuda de Jesús
(ten compasión de mí; 9,24: «ayúdanos»). Esta petición necesitaban los
discípulos para librarse de la idea mesiánica que les impedía el seguimiento y
la misión, según les había dicho Jesús (9,29). La mayoría quiere impedírselo
(47-48). ¿Qué quieres que haga por ti?, como a los Zebedeos (10,36) (51). Tu fe
te ha salvado, como a la mujer con flujos (5,34). Seguimiento (en el camino,
8,27; 9,33b.34; cf. v. 46: «junto al camino») (52).
e) (11,1-11): Llegada a Jerusalén. Betfagé y Betania,
ejemplos de «la aldea» (8,23.26), incluidas en / dominadas por Jerusalén, es
decir, por los círculos dirigentes (10,33); manipulación del pueblo. El monte
de los Olivos, meta última de Jesús más allá de Jerusalén (lugar de su muerte),
anuncia su estado glorioso (cf. 13,3; 14,25) ("el monte", la esfera
divina en contacto con la historia, 3,13), ahora en relación con Israel
("de los Olivos") (1). Misión de dos discípulos (cf. 6,7): publicar
la idea del mesianismo pacífico, ocultada por la institución; la aldea
(8,23.26), la sociedad judía dominada ideológicamente por «la ciudad»
(Jerusalén, 11,19); de enfrente, enfrentada, hostil a los discípulos; borrico,
alusión a Zac 9,9: el rey/Mesías no violento; atado, este pasaje del AT se
ignora en la teología oficial; que nadie ha montado todavía: nunca ha existido
antes en Israel un líder que cumpliese esa profecía (2). Alfombrar el camino
con los mantos: conferir el poder político (2 Re 9,4s.13) (8). Aclamación que
responde a la idea mesiánica del pueblo: el Mesías será un nuevo David, el rey
guerrero; Bendito, etc. (Sal 118,25-26, de un general victorioso) (9-10). El
templo, como «la aldea», incluido en / dominado por Jerusalén; manipulación de
Dios (11).
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